Antes de LA ESCUELA, SAN SEBASTIÁN y REAL.
Cuando contemplamos
esta actual calle, prácticamente en línea recta con un pequeño ángulo en su
intersección con la calle San Juan,
podríamos considerar que su trazado en la antigüedad era muy futurista,
convencimiento al que puede llegarse incluso cuando conocemos de sus anteriores
denominaciones.
En los primeros
tiempos del Lugar de Abajo de Arucas,
lo que hoy conocemos por Casco Histórico,
el camino que la unía a la Ciudad Real de
las Tres Palmas, estuvo siempre condicionado por la especial orografía de
esta isla "redonda", cuyo
tránsito depende de los barrancos que de forma radial desde las Cumbres desaguan en la costa, y muchos
de ellos, con cauces con márgenes de grandes rampas formadas por la continua
erosión y drenaje de las aguas pluviales durante muchos siglos.
La mayor dificultad
orográfica entre la Ciudad y el Lugar de Arucas siempre lo fue el barranco de Lezcano, o de Tenoya aguas abajo, de abundantes
aguas en tiempos pasados, que condicionaron el tránsito de personas y animales,
unos que cuando disponían de buena economía utilizaban el servicio de los
"pertigueros" que los portaban en sillas con andas, otros que lo
hacían como prestigiados caballeros en buenas yeguas, y los más en mulas o a
pie.
El documentado Camino de Gáldar atravesaba el barranco
de Tenoya, después de haber bajado por Cuevas
Blancas, por el antiguo sendero aborigen de El Portichuelo, para llegar al Valle de los Cardones y seguir hacia Trasmontaña. Antes, desde el Valle,
quienes querían llegar hasta el Lugar de Arucas, tomaban el sendero aborigen
que pasando por El Carril y El Hornillo, llegaban hasta la Hoya de San Juan, trayecto en el que se
encontraban los pequeños asentamientos aborígenes.
Desde este último
lugar, el Camino Real pasaba por El Terrero, seguía por la actual calle Marqueses de Arucas, y bajaba al
llano por el lomo que luego sería la actual calle
San Juan para conectar con la actual calle
León y Castillo. Posiblemente las variantes del Camino Real hacia la ubicación de la entonces ermita de san Juan
Bautista, fueron definiéndose en la primera mitad del siglo XVI. Hay que
considerar la población de entonces, y en el acta de la visita del provisor Hernán
González de la Costa del 18 de octubre de 1556 se dice «considerando que en esta villa de Arucas hay más de 40 vecinos y
feligreses a los cuales según derecho se deben enteramente administrar y
conceder todos los santos sacramentos» (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ,
J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista
de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 31) de donde hemos de considerar
un estimado de 200 vecinos, a los que habría que añadir los niños y esclavos no
bautizados, pues los canarios no bautizados fueron deportados u obligados a
vivir en "la parte de atrás de la
isla".
Valga la extendida
aclaración para comprender que el trazado del Camino Real que daría nombre de Calle REAL a ésta, coincidía con ella a partir del cruce con la
actual calle San Juan y en
dirección de poniente hacia donde estuvo la ermita de san Sebastián, la actual Plaza de La Constitución, para
enlazar con el camino de los Ingenios
azucareros, por El Cerrillo y Lomo de San Pedro.
El crecimiento y
construcción de la calle en dirección naciente hacia lo que se conoce como El Pino lo sería posterior,
paralelamente al crecimiento poblacional y en torno a la ermita de san Juan
Bautista, el atajo que unía ambas ermitas la hoy calle Gourié, y que
definiría la prolongación de esta calle en dirección de naciente, en cierta
medida siguiendo el cauce de la Acequia
Real, en el tramo que luego correspondería a la Subacequia de San Juan, que siglos atrás llevaba la fuerza del agua
a los ingenios del gobernador Lope de Sosa y del escribano Juan de Aríñez, así
como a los cultivos de las Vegas de
Afuera, prolongación que tiempos después alcanzaría su definición y alineación
en dos tiempos que más adelante comentamos.
Igualmente, que
fuera el Camino Real que llevaba a la
ermita de san Sebastián, determinará que el mismo sea conocido como el Camino de San Sebastián, para terminar
nominándose como calle SAN SEBASTIÁN
aproximadamente en el siglo XVIII, eran los tiempos en que la ermita ya había sido
reconstruida por el Capitán Alonso de Múxica, antes del año 1724.
Con la construcción
en 1850 de la primitiva Casa-Escuela en la intersección de la misma con el callejón de Grajería, hoy calle Cronista Juan Zamora Sánchez
prolongación de la calle San Juan,
para
albergar la Escuela de Primeras Letras, sería llamada calle de LA ESCUELA (JESÚS Y VELEZ-QUESADA, P.P.: Arucas, hombres y hechos, Las Palmas de GC, 1984,
p. 276),
si bien perduró su paralela notoriedad como calle REAL en su tramo de naciente, la fotografía que encabeza esta
entrada al Blog. El origen de la
Escuela está en la testamentaria de los Canónigos José Fernández Abad y Vicente
de Armas, que habían dejado con este fin unas tierras y casas en Trasmontaña, y se hicieron por acuerdo
de la sesión municial del 2 de junio de 1850.
La construcción de
la carretera desde Las Palmas a Arucas en la segunda mitad del siglo XIX va a
ser una constante en el desarrollo urbano de la recién reconocida Villa de Arucas; se van dando hitos sucesivos que afectarán a la alineación de la
que va a ser la principal calle de la Villa, conforme al trazado de la carretera
diseñaba el ingeniero Juan de León y Castillo que ya se conocía desde 1841. Así
en 1860 quedaba terminado el puente sobe el barranco
de Arucas propuesto por Germán Mujica y financiado por la Heredad de Aguas,
diseñado para encontrar la línea recta que se trazó entre el extremo norte del
mismo y la prolongación de esta calle, desestimando así su desviación hacia la
falda de la montaña de Arucas, lo que comportó la expropiación de tierras a los
entonces adquirentes de la Capellanía
Grande en la entrada a Arucas y el retranqueo de la fachada del nuevo
Cementerio.
La nueva burguesía
aruquense se sindicaba para otorgar un préstamo al ilustre contratista de la
carretera, el diputado Antonio Matos Moreno después padre del político Leopoldo Matos, hipotecando los muchos bienes de
su padre para garantizar la operación ante una posible quiebra, como así
sucedió. Se había terminado el Túnel del
Machicao en Tenoya, y con el
préstamo obtenido se reconstruía con más fortaleza el puente sobre el barranco de Lezcano. Avanzaba el tiempo
y el desmonte en las rampas hasta Arucas se iba realizando y se apisonaba la típica tierra blanca para
que circularan los carros.
Ya en 1869 había un
servicio de coches tirados a caballo de la empresa La Marina, bajo la dirección de Mr. Lustre, que salía de Arucas
todos los días a las siete de la mañana y regresaba de Las Palmas a las cuatro
de la tarde, la cual vendía sus billetes en la nueva calle de San Sebastián (la actual calle Pérez Galdós) y en la calle Mayor
de Triana de la Ciudad.
En la última década
del siglo XIX, el ayuntamiento acomete la alineación de la calle REAL o de la ESCUELA, que precisó retranquear las fachadas del lateral
norte que producían un estrechamiento de la calle, aproximadamente desde donde
se construyó después el Cine Díaz
hasta la esquina de la calle San Juan,
proyecto que comportó la sustitución de casas de planta baja por viviendas de
planta alta.
Después de una manifestación pública que recorrió esta calle organizada por los gobernantes "leoninos", locales encabezados por Francisco Gourié Marrero propietario de la Azucarera de San Pedro, en 1892 el
ayuntamiento acordó dar el nombre de LEÓN
Y CASTILLO, y gran en reconocimiento a la valiosa mediación del político Fernando
de León y Castillo para la supresión de la franquicia de los azúcares canarios
a su entrada en la Península. Fernando León y
Castillo, Marqués del Muni (Telde, 1842 -
Biarritz/Francia, 1918), abogado, político y diplomático canario, que
participó en la política de España, impulsando decididamente la intervención
española en el Norte de África y que fue
ministro de Ultramar durante el reinado de Alfonso XII y ministro de
Gobernación durante la regencia de María
Cristina de Habsburgo-Lorena.
Estudió Derecho en Madrid y colaboró en publicaciones
liberales en los últimos años del reinado de Isabel I. Tras la Revolución de
1868 fue nombrado gobernador civil de Granada y Valencia. Resulta elegido
diputado a Cortes por Gran Canaria en 1871 y más tarde senador.
Promovió diversas obras de construcción en Gran
Canaria, como el Puerto de La Luz; se
contruyó además el faro de Maspalomas y el lazareto de Gando. También se
crearon los correos interinsulares, conocidos como "correillos", pequeños barcos
de vapor que venían a comunicar las Islas entre sí.
En 1924, siendo
alcalde Servando Blanco Suárez, se adopta el acuerdo de poner el pavimento de
baldosín de asfalto comprimido en la calle, y entre las condiciones que se le
imponen al contratista Paulino Montesdeoca Henríquez se incluye resolver las
expropiaciones del alineamiento del tramo de naciente de la calle, que
precisaron llegar a acuerdos de retranqueos con varios vecinos: Juan Miguel Gil
Cabrera, José Hidalgo González -mi abuelo materno- y Tomás Vega Almeida.
También fue necesario la expropiación total de dos viviendas en la intersección
con la calle Gourié, propiedad
de Inés Henríquez y José Henríquez Mateo que comportaron indemnizaciones que se
elevaron a un total de 18.500 pesetas (ZAMORA SÁNCHEZ,
J.: La Obra del Cronista, compilación de
Juan Zamora Maldonado, Las Palmas de GC, 2003, p. 320).
Estas dos últimas expropiaciones lo fueron para darle
anchura a la calle y para la construcción de un parque "chico" o glorieta.
Cuando en 1925 muere el dr. Joaquín Blanco Sapera, padre del alcalde que había
sido el médico que llevó la Beneficencia Municipal durante cuarenta años y que
allí tenía su despacho, la corporación municipal, con la ausencia preceptiva
del alcalde, toma el acuerdo de perpetuar su nombre nominando la glorieta a su nombre.
De alguna forma no caló popularmente aquella finura ajustada al diccionario de llamarla glorieta, y popularmente se llamó "parque chico", que de manera interesada o desinteresada evolucionó en los años cuarenta del pasado siglo para llamarse "parque chino", que según algunas fuentes vino motivado por la actuación de unos acróbatas chinos en dicha glorieta o "parque chico" como se le decía, sin que sepamos si se asumió por no menospreciar el tamaño de la imagen del homenajeado con la glorieta, si bien fue muy apreciado su buen hacer social.
Se concluía así la total alineación de la calle LEÓN Y CASTILLO, que guarda en su devenir muchos de los hitos de la historia de Arucas, que terminaría por ser su calle principal y el inicio del crecimiento de su tejido urbano hacia el sur, reflejando las fachadas de sus construcciones un testimonio de los grandes períodos de bonanza económica vivida que motivaron las grandes inmigraciones que conforman su ciudadanía.
De alguna forma no caló popularmente aquella finura ajustada al diccionario de llamarla glorieta, y popularmente se llamó "parque chico", que de manera interesada o desinteresada evolucionó en los años cuarenta del pasado siglo para llamarse "parque chino", que según algunas fuentes vino motivado por la actuación de unos acróbatas chinos en dicha glorieta o "parque chico" como se le decía, sin que sepamos si se asumió por no menospreciar el tamaño de la imagen del homenajeado con la glorieta, si bien fue muy apreciado su buen hacer social.
Se concluía así la total alineación de la calle LEÓN Y CASTILLO, que guarda en su devenir muchos de los hitos de la historia de Arucas, que terminaría por ser su calle principal y el inicio del crecimiento de su tejido urbano hacia el sur, reflejando las fachadas de sus construcciones un testimonio de los grandes períodos de bonanza económica vivida que motivaron las grandes inmigraciones que conforman su ciudadanía.
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Fuente:
"Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios
rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC
Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense
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