viernes, 27 de junio de 2014

LEÓN Y CASTILLO (Calle)


Antes de LA ESCUELA, SAN SEBASTIÁN y REAL. 

Cuando contemplamos esta actual calle, prácticamente en línea recta con un pequeño ángulo en su intersección con la calle San Juan, podríamos considerar que su trazado en la antigüedad era muy futurista, convencimiento al que puede llegarse incluso cuando conocemos de sus anteriores denominaciones.

En los primeros tiempos del Lugar de Abajo de Arucas, lo que hoy conocemos por Casco Histórico, el camino que la unía a la Ciudad Real de las Tres Palmas, estuvo siempre condicionado por la especial orografía de esta isla "redonda", cuyo tránsito depende de los barrancos que de forma radial desde las Cumbres desaguan en la costa, y muchos de ellos, con cauces con márgenes de grandes rampas formadas por la continua erosión y drenaje de las aguas pluviales durante muchos siglos.

La mayor dificultad orográfica entre la Ciudad y el Lugar de Arucas siempre lo fue el barranco de Lezcano, o de Tenoya aguas abajo, de abundantes aguas en tiempos pasados, que condicionaron el tránsito de personas y animales, unos que cuando disponían de buena economía utilizaban el servicio de los "pertigueros" que los portaban en sillas con andas, otros que lo hacían como prestigiados caballeros en buenas yeguas, y los más en mulas o a pie.

El documentado Camino de Gáldar atravesaba el barranco de Tenoya, después de haber bajado por Cuevas Blancas, por  el antiguo sendero aborigen de El Portichuelo, para llegar al Valle de los Cardones y seguir hacia Trasmontaña. Antes, desde el Valle, quienes querían llegar hasta el Lugar de Arucas, tomaban el sendero aborigen que pasando por El Carril y El Hornillo, llegaban hasta la Hoya de San Juan, trayecto en el que se encontraban los pequeños asentamientos aborígenes.

Desde este último lugar, el Camino Real pasaba por El Terrero, seguía por la actual calle Marqueses de Arucas, y bajaba al llano por el lomo que luego sería la actual calle San Juan para conectar con la actual calle León y Castillo. Posiblemente las variantes del Camino Real hacia la ubicación de la entonces ermita de san Juan Bautista, fueron definiéndose en la primera mitad del siglo XVI. Hay que considerar la población de entonces, y en el acta de la visita del provisor Hernán González de la Costa del 18 de octubre de 1556 se dice «considerando que en esta villa de Arucas hay más de 40 vecinos y feligreses a los cuales según derecho se deben enteramente administrar y conceder todos los santos sacramentos»  (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 31) de donde hemos de considerar un estimado de 200 vecinos, a los que habría que añadir los niños y esclavos no bautizados, pues los canarios no bautizados fueron deportados u obligados a vivir en "la parte de atrás de la isla".

Valga la extendida aclaración para comprender que el trazado del Camino Real que daría nombre de Calle REAL a ésta, coincidía con ella a partir del cruce con la actual calle San Juan y en dirección de poniente hacia donde estuvo la ermita de san Sebastián, la actual Plaza de La Constitución, para enlazar con el camino de los Ingenios azucareros, por El Cerrillo y Lomo de San Pedro.

El crecimiento y construcción de la calle en dirección naciente hacia lo que se conoce como El Pino lo sería posterior, paralelamente al crecimiento poblacional y en torno a la ermita de san Juan Bautista, el atajo que unía ambas ermitas la hoy calle Gourié, y que definiría la prolongación de esta calle en dirección de naciente, en cierta medida siguiendo el cauce de la Acequia Real, en el tramo que luego correspondería a la Subacequia de San Juan, que siglos atrás llevaba la fuerza del agua a los ingenios del gobernador Lope de Sosa y del escribano Juan de Aríñez, así como a los cultivos de las Vegas de Afuera, prolongación que tiempos después alcanzaría su definición y alineación en dos tiempos que más adelante comentamos.

Igualmente, que fuera el Camino Real que llevaba a la ermita de san Sebastián, determinará que el mismo sea conocido como el Camino de San Sebastián, para terminar nominándose como calle SAN SEBASTIÁN aproximadamente en el siglo XVIII, eran los tiempos en que la ermita ya había sido reconstruida por el Capitán Alonso de Múxica, antes del año 1724.

Con la construcción en 1850 de la primitiva Casa-Escuela en la intersección de la misma con el callejón de Grajería, hoy calle Cronista Juan Zamora Sánchez prolongación de la calle San Juan, para albergar la Escuela de Primeras Letras, sería llamada calle de LA ESCUELA (JESÚS Y VELEZ-QUESADA, P.P.: Arucas, hombres y hechos, Las Palmas de GC, 1984, p. 276), si bien perduró su paralela notoriedad como calle REAL en su tramo de naciente, la fotografía que encabeza esta entrada al Blog. El origen de la Escuela está en la testamentaria de los Canónigos José Fernández Abad y Vicente de Armas, que habían dejado con este fin unas tierras y casas en Trasmontaña, y se hicieron por acuerdo de la sesión municial del 2 de junio de 1850.

La construcción de la carretera desde Las Palmas a Arucas en la segunda mitad del siglo XIX va a ser una constante en el desarrollo urbano de la recién reconocida Villa de Arucas; se van dando hitos sucesivos que afectarán a la alineación de la que va a ser la principal calle de la Villa, conforme al trazado de la carretera diseñaba el ingeniero Juan de León y Castillo que ya se conocía desde 1841. Así en 1860 quedaba terminado el puente sobe el barranco de Arucas propuesto por Germán Mujica y financiado por la Heredad de Aguas, diseñado para encontrar la línea recta que se trazó entre el extremo norte del mismo y la prolongación de esta calle, desestimando así su desviación hacia la falda de la montaña de Arucas, lo que comportó la expropiación de tierras a los entonces adquirentes de la Capellanía Grande en la entrada a Arucas y el retranqueo de la fachada del nuevo Cementerio.

La nueva burguesía aruquense se sindicaba para otorgar un préstamo al ilustre contratista de la carretera, el diputado Antonio Matos Moreno después padre del político Leopoldo Matos, hipotecando los muchos bienes de su padre para garantizar la operación ante una posible quiebra, como así sucedió. Se había terminado el Túnel del Machicao en Tenoya, y con el préstamo obtenido se reconstruía con más fortaleza el puente sobre el barranco de Lezcano. Avanzaba el tiempo y el desmonte en las rampas hasta Arucas se iba realizando  y se apisonaba la típica tierra blanca para que circularan los carros.

Ya en 1869 había un servicio de coches tirados a caballo de la empresa La Marina, bajo la dirección de Mr. Lustre, que salía de Arucas todos los días a las siete de la mañana y regresaba de Las Palmas a las cuatro de la tarde, la cual vendía sus billetes en la nueva calle de San Sebastián (la actual calle Pérez Galdós) y en la calle Mayor de Triana de la Ciudad.

En la última década del siglo XIX, el ayuntamiento acomete la alineación de la calle REAL o de la ESCUELA, que precisó retranquear las fachadas del lateral norte que producían un estrechamiento de la calle, aproximadamente desde donde se construyó después el Cine Díaz hasta la esquina de la calle San Juan, proyecto que comportó la sustitución de casas de planta baja por viviendas de planta alta.

Después de una manifestación pública que recorrió esta calle organizada por los gobernantes "leoninos", locales encabezados por Francisco Gourié Marrero propietario de la Azucarera de San Pedro, en 1892 el ayuntamiento acordó dar el nombre de LEÓN Y CASTILLO, y gran en reconocimiento a la valiosa mediación del político Fernando de León y Castillo para la supresión de la franquicia de los azúcares canarios a su entrada en la Península. Fernando León y Castillo, Marqués del Muni (Telde, 1842 -  Biarritz/Francia, 1918), abogado, político y diplomático canario, que participó en la política de España, impulsando decididamente la intervención española en el Norte de África  y que fue ministro de Ultramar durante el reinado de Alfonso XII y ministro de Gobernación  durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena.

Estudió Derecho en Madrid y colaboró en publicaciones liberales en los últimos años del reinado de Isabel I. Tras la Revolución de 1868 fue nombrado gobernador civil de Granada y Valencia. Resulta elegido diputado a Cortes por Gran Canaria en 1871 y más tarde senador.

Promovió diversas obras de construcción en Gran Canaria, como el Puerto de La Luz; se contruyó además el faro de Maspalomas y el lazareto de Gando. También se crearon los correos interinsulares, conocidos como "correillos", pequeños barcos de vapor que venían a comunicar las Islas entre sí.

En 1924, siendo alcalde Servando Blanco Suárez, se adopta el acuerdo de poner el pavimento de baldosín de asfalto comprimido en la calle, y entre las condiciones que se le imponen al contratista Paulino Montesdeoca Henríquez se incluye resolver las expropiaciones del alineamiento del tramo de naciente de la calle, que precisaron llegar a acuerdos de retranqueos con varios vecinos: Juan Miguel Gil Cabrera, José Hidalgo González -mi abuelo materno- y Tomás Vega Almeida. También fue necesario la expropiación total de dos viviendas en la intersección con la calle Gourié, propiedad de Inés Henríquez y José Henríquez Mateo que comportaron indemnizaciones que se elevaron a un total de 18.500 pesetas (ZAMORA SÁNCHEZ, J.: La Obra del Cronista, compilación de Juan Zamora Maldonado, Las Palmas de GC, 2003, p. 320).

Estas dos últimas expropiaciones lo fueron para darle anchura a la calle y para la construcción de un parque "chico" o glorieta. Cuando en 1925 muere el dr. Joaquín Blanco Sapera, padre del alcalde que había sido el médico que llevó la Beneficencia Municipal durante cuarenta años y que allí tenía su despacho, la corporación municipal, con la ausencia preceptiva del alcalde, toma el acuerdo de perpetuar su nombre nominando la glorieta a su nombre.

De alguna forma no caló popularmente aquella finura ajustada al diccionario de llamarla glorieta, y popularmente se llamó "parque chico", que de manera interesada o desinteresada evolucionó en los años cuarenta del pasado siglo para llamarse "parque chino", que según algunas fuentes vino motivado por la actuación de unos acróbatas chinos en dicha glorieta o "parque chico" como se le decía, sin que sepamos si se asumió por no menospreciar el tamaño de la imagen del homenajeado con la glorieta, si bien fue muy apreciado su buen hacer social.

Se concluía así la total alineación de la calle LEÓN Y CASTILLO, que guarda en su devenir muchos de los hitos de la historia de Arucas, que terminaría por ser su calle principal y el inicio del crecimiento de su tejido urbano hacia el sur, reflejando las fachadas de sus construcciones un testimonio de los grandes períodos de bonanza económica vivida que motivaron las grandes inmigraciones que conforman su ciudadanía.



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Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense


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