viernes, 13 de junio de 2014

LA CRUZ (Calle)

Antes PILAR MEDINA y LA CRUZ.

El origen del nombre de esta calle se pierde en las noches de los siglos, y es así porque en la antigüedad los usos y costumbres de los lugares de procedencia de los conquistadores arriban con ellos a la isla. Desde muy antiguo la simbología cristiana auspició la colocación de una "cruz" en un lugar respondiendo a distintas razones. Los frailes que recorrían a pie la isla acostumbraban a señalar con ellas los cruces de caminos, lo que dio lugar a la génesis de topónimos como la Cruz de Tejeda o el caserío de La Cruz en Firgas.

También arraigó la costumbre de colocarla en el lugar en que fallecía algún familiar, por las causas que fuera, caso de la Cruz de Pineda o nuestro propio caserío de La Cruz que según muchas fuentes se debe al lugar donde fue enterrado Doramas, costumbre que todavía se mantiene no sorprendiendo ver cruces en las márgenes de las carreteras o estanques debidas a algún accidente mortal. Y como no, para señalar el principio de una gran propiedad rural como es la Cruz de la Marca en Tenerife señalando las posesiones de los marqueses de Villanueva del Prado, o marqueses de Nava y Grimón.

Otro grupo hay que nos recuerda los llamados Descansaderos de los Muertos o Cuevas de Ánimas reconocidos con cruces. Obedecían los primeros a aquellos lugares donde el séquito que acompañaba el entierro del vecino de un pago distante hacía la parada obligada, aguardando la llegada del cura para el responso y  acompañamiento; las segundas, a aquellos refugios resguardados en mitad del camino donde se guardaban las andas para llevar los cadáveres. Incluso se tenía la costumbre de poner una cruz sobre los hornos, pues se hacía un santiguado para que la cocción fuera buena y no se perdiera el pan de centeno, cebada o trigo que era un bien preciado.

En el caso de nuestra calle LA CRUZ, creemos que guarda más relación con la tradición andaluza que tanta importancia ha tenido en las Islas. Tenemos el ejemplo de las cruces del barrio de Santa Cruz en Sevilla, que debe su nombre a dos cruces adosadas a fachadas desde el siglo XV, que allí estuvieron hasta el año 1868 en que el ayuntamiento mandó quitar retablos y cruces de fachadas; los vecinos las trasladaron al hospicio de los Venerables, hasta que en 1955 se restituyeron nuevamente a sus huecos en el inicio de la calle Cruces, sin que se sepa por qué se colocaron allí.

Retomando las primeras costumbres, pudiera ser que el nombre de esta calle de Arucas obedeciera a un antiguo cruce de caminos o callejones. La estrechez de esta calle, y su prolongación natural la calle Sor Cándida Suárez, así como la ausencia de alineación de la actual calle Cronista Teodoro Rosales, prolongación natural del que fuera el Camino Real, hoy calle Marqueses de Arucas, como también de los distintos callejones por los que se accedían desde el antiguo Tabaibal, actuales calle  Mateos, calle Sor Julia Millán, calle Moreno, calle Salvador Rueda, y otras más, sugieren un entramado de callejuelas que rememoran el típico asentamiento de artesanos y otros oficios como acequieros, carreteros, albañiles, cereros, latoneros, atalayeros y tenderas del siglo XVII, lo que se denomina la clase intermedia y sector independiente. Algunas fuentes apunta que el sector era conocido en el siglo XVIII como "barrio de Antonio Marrero", sin que tengamos más noticias del personaje.

Acudiendo a la tradición sevillana, los más viejos del lugar parecen recordar que entre las fachadas de los antiguos edificios números 10 y 12 de esta calle, los que forman la esquina con la actual calle Cronista Teodoro Rosales, hubo una cruz de madera fijada en la misma con una inscripción. Esa cruz pudo haberse desmontado al inicio de la segunda mitad del siglo XX, e inclusive antes. 

Se trataría de la fachada naciente del edificio que la actual Sociedad La Atlántida viene ocupando desde 1928, con varias crujías del siglo XVIII, de huecos asimétricos, a un lado con dinteles rectos con ventanas de guillotina en planta alta, y al otro con ventana y hueco de puerta en un único paño de cantería de marcada tipología gótica, acreditando el "pasado" más lejano de esta calle LA CRUZ (ALEMÁN HERNÁNDEZ, S. y MARTÍN HERNÁNDEZ, M.: Guía del Patrimonio arquitectónico de Arucas, Las Palmas de GC, 1994), apreciándose no sólo la curiosidad del diseño gótico de la puerta-ventana en contraste con el otro dintel recto de puerta-ventana junto a la pilastra de la esquina, que dejan en medio un desproporcionado hueco de mampostería donde pudo estar la vagamente recordada "cruz"

Hemos de considerar igualmente que en la parroquia de Arucas existió desde los primeros tiempos la Cofradía de la Vera Cruz, cuyo principal impulsor pudo tener su domicilio o bienes inmuebles muy cerca de aquí, en la actual calle Pilar Medina. «En el año de 1579 se constituye en la parroquia de Arucas, la Cofradía de la Vera Cruz, de fecunda historia hasta 1830, en que desaparece, como otras, debido a la ruina que les produjo las leyes desamortizadoras. Felipe de Rosales es su fundador y autor de casi todo el primer libro, el "Libro Viejo", de la señalada Cofradía, escrito con elegante caligrafía del siglo XVl. En el citado libro encontramos el dato siguiente: "1579.— padrón de los cofrades de la santa vera crus desta villa de Arucas difuntos y Bibos que gozan de las misas y lo demas—primeramente el Sor. Pedro Seron que sea en gloria.— la sra. doña Sufia de Santa Gadea su muger"» (CABALLERO MUJICA, F.: Pedro Cerón y el mayorazgo de Arucas, Las Palmas de GC, 1973, pp. 56-57). 

Ya en ese tiempo la misma Cofradía además de realizar la procesión de la Vera Cruz con disciplinantes, el Jueves Santo, además «Con solemnidad se celebraba también el día de la Santa Cruz de Mayo» (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 62), de donde quedó la costumbre de las cruces florales que se cuelgan cada año en las casas.

Si observamos el modelo de la capital insular, en la antigua Ciudad Real de Las Palmas encontramos la calle de La Veracruz con una particular historia: «Parece que la mancebía desapareció al final de la década tercera del siglo XVI, si tenemos en cuenta lo dicho por Pedro Agustín del Castillo, quien relata que por esos años y en la ocasión de la epidemia de cólera que hacía estragos en la isla en el lugar que aquella ocupaba fue levantada la ermita de la Vera Cruz en rogativa para que cesara aquel mal» (HERRERA PIQUÉ, A.: La ciudad de Las Palmas. Noticia histórica de su urbanización, Las Palmas de GC, 1978, p.38), recibiendo tal nombre la calle que conducía a la ermita. Con respecto a la aruquense está documentado que en el Lugar «La cofradía poseía unas casas que les servía de sede o alquilada» (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 62). 

El modelo de la muy antigua plaza de La Cruz de la capital insular no es aplicable a Arucas, pues era así llamada «una explanada en donde se quemaban en la hoguera las víctimas de la Inquisición, que desde entonces tomó el nombre del Quemadero, de la Cruz o plaza de la Horca» (Obra citada, p. 40).

Con el paso de los siglos muchas son las conjeturas que pueden realizarse sobre su origen, todas ellas vinculadas a las tradiciones cristianas, pero concretar su origen difícil será mientras no se encuentre algún documento que aporte información para ello.

En tiempos de la Segunda República, el ayuntamiento que presidía el alcalde accidental José González Santana, por la convalecencia de Nicolás Lorenzo Fernández, toma el acuerdo de nominar esta calle a PILAR MEDINA, organizándose un acto de homenaje el 29 de enero de 1933 descubriendo una placa, e interviniendo distintos oradores que destacaban el apoyo económico y social que la viuda de Rafael María Suárez había prestado en su corta vida a la clase trabajadora, así como  su inestimable apoyo a la junta de beneficencia local, acto que tuvo gran repercusión a nivel insular.

Tras el golpe militar y al inicio de la guerra civil, la Comisión Gestora Municipal en su sesión de 2 de octubre de 1936 decide restituir el nombre de LA CRUZ a esta calle y dar el nombre de Pilar Medina a la calle que actualmente lo mantiene, cuyo nombre anterior era calle Rosales y que puede guardar relación con quien fundara la Cofradía de la Vera Cruz arriba referido. En la entrada a dicha calle Pilar Medina en este Blog glosamos su persona.


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Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense





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