Antes EL TERRERO y REAL.
El nombre de REAL obedece al antiguo trazado del Camino Real a cuyos márgenes crece el primer
tejido urbano del entonces Lugar de
Arucas. Es conocido que el primer asentamiento estable de los conquistadores
en la isla fue la fundación de la Ciudad
Real de Las Tres Palmas, que se convirtió en la capital militar,
administrativa y religiosa, desde la que se iniciaban las dos principales vías
de comunicación, entonces llamados Caminos
Reales, uno hacia el norte de la isla llamado Camino de Gáldar, y otro hacia el sur llamado Camino de Telde, lugares donde ya estaban los mayores asentamientos
prehispánicos, al que debemos añadir Arguineguín,
si bien al considerar los castellanos que era en la "parte de atrás de la isla", fueron reservados sus
aprovechamientos para los prehistóricos ocupantes.
El Camino Real de Gáldar, al llegar
aproximadamente al valle de los Cardones
procedente del Portichuelo y Tenoya,
tenía una derivación que cruzando el barranco
de Arucas, pasaba por El Carril, El Hornillo y la Hoya de San Juan, utilizando los mismo senderos que usaron los
aborígenes canarios, enlazaba con las actuales calles de La Salle, de Juan de Dios
Martín y de los Marqueses de Arucas,
para llegar a la calle principal del antiguo entramado urbano que era la actual
calle San Juan del entonces Lugar de Arucas.
Desde el enlace de
esta calle que comentamos con la actual calle
Marqueses de Arucas, surgieron variantes para llegar hasta la ubicación
de la primigenia ermita de san Juan. Es destacable que en un lugar próximo,
junto a la Acequia Real en la trasera
del "Teatro Nuevo" pudo
estar la primigenia ermita de san Sebastián.
Tenemos una
referencia clara de la derivación del Camino
Real hacia Arucas, en la descripción que aporta Geronimo Batista en la
solicitud de una data al Cabildo General del 7 de junio de 1555, cuando pide
unas tierras «... que son viniendo de
Arucas a esta çibdad como pasan un barranquillo y desaguadero que sale de la
Vega de Arucas corriendo del dicho barranquillo por luengo del a mano
yzquierda, hasta subir a lo alto y lindando con el camino que viene a esta çibdad ...» (RONQUILLO, M. Y
AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran
Canaria, Las Palmas de GC, 1998, p.238).
Esta situación de
Camino REAL que atravesaba espacios
agrícolas abiertos debió mantenerse durante los siguientes siglos, pues según
parece los primeros asentamientos poblacionales a sus márgenes comenzaron a
surgir en el siglo XIX, conclusión que se infiere por la no existencia de
viviendas anteriores a dicho siglo.
Y es en este siglo XIX cuando se documenta el nombre popular
de EL TERRERO que algunas fuentes sostienen
se debe a la antigua existencia de un terrero
de luchas en el lugar. Si bien hay referencias a la celebración en su
contorno de ferias de ganado durante las fiestas patronales de san Juan y de donde surgiría el lugar de la Feria cerca de El Pedregal,
vinculadas a la celebración de luchas canarias las únicas que se conocen son
del primer cuarto del siglo XX, cuando los hermanos Alfredo y Juan de Dios
Martín Reyes ofrecieron en el solar amurallado de lo que después se llamaría Teatro Nuevo "excelentes temporadas gallísticas y de lucha canaria» (ZAMORA SÁNCHEZ, J.: La
Obra del Cronista, compilación de Juan Zamora Maldonado, Las Palmas de GC,
2003, p. 404), que pocos años después otras cuatro personas lo techan con planchas
de zinc para dar funciones de teatro y sesiones cinematográficas. En la segunda
mitad del siglo XX, las luchadas se trasladaron a antiguo solar del actual Centro Municipal de Deportes en la calle Doctor Fleming.
Como puede
observarse todas las referencias documentadas son del siglo XX, y el nombre de
la calle EL TERRERO ya era conocido
en el siglo anterior, naciendo allí el 8 de diciembre de 1886 en el número 17
el primer cronista de Arucas Pedro Marcelino Quintana Miranda, que no dudamos
hubiera dejado algo escrito sobre el origen del nombre de su calle, pues disfrutaba
contando de esas pequeñas curiosidades.
Creemos que su origen
es por mimetismo con su homónimo en la capital insular. Debe recordarse que
desde muy antiguo las casas de una sola planta en Canarias son llamadas terreras. El lugar de igual nombre que
existió en Las Palmas de GC, el entorno de la Alameda de Colón, era así llamado
por ser todas las casas de una sola planta.
En esta calle solo
existe un edificio de planta alta, el
que correspondió a la familia Medina, del que se sabe que la planta alta fue
edificada con posterioridad. No debe considerarse en su morfología dentro de
este conjunto el inmueble conocido como El
Barco, pues es la construcción trasera hacia el Pasaje Teruel que aprovechó la diferencia de nivel para
habilitar los semisótanos como habitación. Y así está catalogado «Es el conjunto más
homogéneo de casas terreras en el ciudad»
(ALEMÁN HERNÁNDEZ, S. y MARTÍN HERNÁNDEZ, M.: Guía del Patrimonio arquitectónico de Arucas, Las Palmas de GC,
1994).
Con posterioridad
la calle recibiría el nombre de JUAN DE
DIOS MARTÍN, de su segundo apellido Jiménez del Águila, es en memoria del
primogénito de Juan Manuel Martín, casado con María Antonia Jiménez del Águila,
aruquense que emigró a Cuba y retornó sobre 1829, como todos los indianos invirtiendo aquí todos sus
caudales en tierras, aguas y casas. El primogénito que había nacido en Cuba en
1822 fue heredero de su toledano abuelo materno, acaparando las mejoras
hereditarias por su primogenitura, y las de sus hermanos solteros, alcanzando
un gran patrimonio. Se casó con la hija del rico agricultor Gregorio Domingo
Rodríguez Barbosa, que fue alcalde de Arucas en varias ocasiones (JESÚS Y
VELEZ-QUESADA, P.P.: Arucas, hombres y
hechos, Las Palmas de GC, 1984, p. 385).
Su posición
económica le permitió dedicarse a la política siendo miembro de la insular
Junta de Fomento, Tenencia de Alcaldía de Arucas, miembro de la Comisión de la
División de la Provincia Canaria, Depositario de Bienes del Ayuntamiento, Juez
de Paz, miembro de la Junta Local de Sanidad, nuevamente Concejal, Procurador
Síndico, miembro de la Junta de Primera Enseñanza y de la Comisión de Abastos,
etc.
El propietario de la
hacienda La Grajería, que con anterioridad
había pertenecido al también alcalde Mateo de Matos Quintana a principios del siglo
XIX, fue celebrado "curandero"
con un profundo conocimiento de la medicina natural y de la anatomía humana. Su
gran vocación era prestar asistencia médica de forma desinteresada a cualquier
persona, desde desgarros, contusiones o roturas, a la atención a todo tipo de
enfermos para los que hacía los brebajes naturales. Murió en 1900, a los
setenta y ocho años de edad. Puede que se eligiera esta calle para su nominación
por ser propietario de las tierras donde se construyó el repetido Teatro Nuevo, en cuyo solar sus hijos organizaron
luchadas y peleas de gallos como ya se ha dicho antes, y donde se inicia el sector
que todavía es conocido popularmente como El
Terrero.
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Fuente:
"Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios
rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado
de la historia aruquense
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