miércoles, 9 de julio de 2014

SOR CÁNDIDA SUÁREZ (Calle)

Antes LA FE. 

Es la calle que se inicia en la intersección de la calle Pérez Galdós con la calle La Cruz y con la calle Cronista Teodoro Rosales; y termina, al encontrarse con la pequeña calle Alcalde Mateo de Matos Quintana, después de atravesar el Barranquillo, tramo a partir del cual era conocida en la antigüedad como calle Quintana, al igual que la antes mencionada con la que se encuentra.

Es difícil entender en los tiempos actuales como pudo trazarse esta larga calle, algo quebrada en su trazado y a diferentes niveles. Habría que recrear al menos la vida ciudadana de hace un siglo, de cuando se podía jugar al boliche en aquellas calles empedradas, donde los coches que podían circular eran muy pocos, y más que coches, aquellos llamados "fotingos" que eran advertidos por su sonido desde mucha distancia.

En ese tiempo y en los anteriores, estas y otras de nuestras calles nacieron por la necesidad de atajar el camino, de cuando las campanas llamaban a misa o de cuando las caracolas convocaban a asamblea. Los vecinos que vivían en el Barranquillo atajaban en dirección a la plaza de la Iglesia por esta, entonces llamada calle La Fe, al igual que lo hacían los del Tabaibal y de La Cerera que bajaban por la calle Moreno, para continuar por las calles de La Cruz, Álvarez, y después, la del Cura.

Era el mismo recorrido que al revés hacían los curas, cuando la campanilla del viático con agudo sonido anunciaba su paso porque llevaba los últimos sacramentos al agonizante vecino de esos lugares. Siempre el mismo camino, y siempre parábamos en nuestro juego para santiguarnos y no "pecar". Porque este era el mejor atajo urbano construido por el hombre con su paso de siglos para llegar con el menor recorrido y esfuerzo.

Pero la antigua nominación de esta calle de LA FE, no tiene su génesis ni en el atajo en sí, ni en los viáticos. Al igual que la calle La Cruz guarda estrecha relación con las costumbres cristianas de siglos atrás. Si aquella lo fue por la presumible colocación de una cruz muchos siglos atrás junto a un pequeño cruce de callejones, o porque por allí estaban las propiedades de la Cofradía de la Vera Cruz, la "fe" cristiana se acreditó en el entonces lugar de Arucas con claras muestras de participación de los cofrades y por la devoción popular.

Cuando la visita del obispo Dávila y Cárdenas en 1732, se refiere en los libros parroquiales: «Visitó su ilustrísima las cofradías que han en esta iglesia que son la de San Juan que es el libro de esta fábrica, la de la Vera Cruz, la del Santísimo, Rosario y Ánimas y en sus libros quedaron sus decretos. Hay otra que comienza a fundar del señor San Sebastián y otra del Dulce Nombre de Jesús que con el tiempo se verá su estado» (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 253). Muchas para 605 vecinos, aproximadamente unos tres mil habitantes contando niños.

El que la Fe fuera para los cristianos la «primera de las tres virtudes teologales, asentimiento a la revelación de Dios, propuesta por la Iglesia» es la circunstancia por la que se reconoció en esta calle con un rótulo. Al igual que, por prestigio social se fuera cofrade aunque comportara contribuir económicamente a su existencia y a la Fábrica de la parroquia; o que se fuera "disciplinante" en la procesión de la Sangre que llegaba hasta San Pedro; o que se pagaran algunos reales por llevar las andas procesionales o una vara del palio en la del Corpus. Todos eran signos externos que contribuían al prestigio social.

Y aún así, el mismo obispo Dávila y Cárdenas en su mandato exigía «que todos los feligreses oigan misa los días de fiesta y que ninguno trabaje en ellos, mostrando a los que faltasen o delinquieren como lo disponen las leyes sinodales deste obispado». 

Y lamentaba «la gran pobreza desta fábrica y de todas las cofradías desta parroquia, que no solo nace de haberse entibiado ya la antigua devoción de estos vecinos en contribuir con sus limosnas para sus gastos, sino también por el descuido de los mayordomos en la cobranza de los caudales, deudas y limosnas que se han donado a la fábrica y cofradías, pues en todas hay rezagos de muchos años que entonces eran efectivos y ya por la mayor parte se han hecho incobrables» (Obra citada, p. 250).

Con posterioridad en la segunda mitad del siglo XX es nominada SOR CÁNDIDA SUÁREZ en reconocimiento a la decisiva participación de la aruquense Sor Cándida Suárez Suárez en la fundación en 1906 del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de las Hijas de la Caridad, que tuvo su primera ubicación en los dos inmuebles situados en la esquina de ésta con la calle Pérez Galdós, donados por la misma para destinarlos a esta actividad, y al que se uniría otro viejo caserón adquirido más tarde, que sería demolido y construido de nueva planta.

En el mismo año 1906, a su hermano José Suárez y Suárez le vino el pensamiento de fundar en Arucas un colegio bajo la dirección de la Orden de los Padres Franciscanos, pero después de conocer la opinión del entonces capellán de las Hijas de la Caridad, Ramón Cirera, sumando a otros aruquenses y con nuevos contactos, conocen de la actividad docente de los Hermanos de las Escuelas Cristinas, quienes estaban abandonando Francia por la aprobación de la ley de enseñanza laica e iniciando su actividad en otros países, y consiguen convenir la apertura del  Colegio de San Juan Bautista de la Salle.

Eran los tiempos en que se imponía el criterio de la segregación de géneros en las escuelas, y se duplicaban las iniciativas, si bien en este del Sagrado Corazón de Jesús se admitían niños en el parvulario, es de suponer así lo era desde el pensamiento que no comportaban riesgo alguno para las niñas, y porque se observó la regla de un niño por cada diez niñas. 

Con el paso de los años, en la década de los setenta del siglo XX el colegio trasladará su actividad al lugar de El Pino, en una hermoso edificio adquirido a la familia Hernández Suárez donde sigue prestando su actividad docente.

 

__________________

Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense




No hay comentarios:

Publicar un comentario