Esta calle que forma ángulo y mantiene su nombre desde la antigüedad, se inicia aproximadamente en la
mitad de la calle Pérez Galdós,
para quebrar y seguir paralela a ella hasta su intersección con la calle Sor Cándida Suárez.
Pertenece al grupo de calles más antiguas del tejido
pre-urbano del lugar de Arucas
formado por estrechos callejones enmarcado por los Caminos Reales. Entre el descendente al poniente que llegaba a la
actual calle de San Juan hasta
la actual calle de León y Castillo;
el septentrional ascendente que desde la
misma calle de San Juan seguía
por la actual calle Francisco Ponce
hasta el antiguo Tabaibal para
acceder a las cuevas de habitación de la falda meridional de la Montaña de Arucas, y que, presumiblemente, continuaba por las actuales calle
Cerera y calle Alcalde Rafael Diaz;
y cerrando su lado meridional, el Camino
de herradura que discurría junto al Cercado
de San Pedro del Mayorazgo, las actuales calle
Barranquillo y calle Acequia
Alta, que llegando a la altura de los lavaderos tomaba a la izquierda
el conocido actualmente como Camino Viejo
que baja al "Árbol Bonito"
y a la derecha al entonces conocido como Camino
de Trasmontaña.
En los siglos XVI y XVII, los más numerosos asentamientos
poblacionales del lugar de Arucas se
encontraban en las cuevas de habitación del Tabaibal,
ocupando ilegalmente las tierras de realengo, por lo que eran llamados "usurpadores". La construcción
con piedra y barro de la primigenia Acequia
Real del heredamiento de Arucas y Firgas al borde del antiguo humedal de Las Vegas, por la que discurrían las
aguas de las Madres de Firgas y
Valsendero, del entonces llamado barranco
de la Montaña, en la actualidad barranco
de la Virgen y sus tributarios, y que dará lugar al aprovechamiento de su fuerza hidráulica
para los "heridos" de los ingenios azucareros, obligó
que la construcción de estos fuera en las márgenes de la acequia, lo que
motivaría asimismo que las ermitas de san Sebastián y san Juan Bautista también
allí se edificaran.
Todo ello comportó que los vecinos con su constante transitar
de arriba a abajo y de vuelta, fueran definiendo con su paso distintos y
estrechos senderos que terminarían siendo callejones para comunicar el Tabaibal
con la zona baja junto a la Acequia
Real, y así surgieron de naciente a poniente los que serían conocidos como Mateos, Moreno, Rosales (la
actual calle Pilar Medina), Armas y Quintana (la actual calle
Alcalde Mateo de Matos Quintana), y posiblemente las márgenes del
barranquillo que bajaba de la Montaña (la actual calle Salvador Rueda). Luego surgirían los transversales a
estos, los callejones de la Fe y de la Cruz.
Esta calle MORENO que era así llamada hasta su intersección con
la calle Cerera, pues la actual calle Sor Julia Millán fue
nominada por división de esta en su nomenclatura en el último tercio del siglo XX, fue
adquiriendo importancia a partir de la construcción de la nueva ermita de san Sebastián y la aparición
del potrero en el tramo inferior de
la actual calle Pérez Galdós,
en el paso del siglo XVIII al XIX. Ello representaría un mayor desplazamiento de
personas, animales y carros entre el Tabaibal
y la parte baja de la Villa a través de esta calle MORENO,
más aún cuando todo el espacio intermedio de transición que cruzaban los
caminos transversales se convirtió en el barrio
de los artesanos, que algunas fuentes citan como barrio de Antonio Rodríguez, hábitos que terminaron
por consolidarse con la construcción de las Casas
Consistoriales y el Mercado Municipal
en el último cuarto del siglo XIX.
Es la comodidad de la utilización de los vehículos a motor en
el desplazamiento interior por la Ciudad,
ya en el último tercio del siglo XX, lo que restará su importancia como vía de
comunicación peatonal entre La Cerera
y la ampliación del entramado urbano de la zona baja, si bien aún muchos
vecinos que se desplazan a pie la utilizan.
Del origen de su nombre, nada se sabe de quién se trata, y si
lo es por su apellido o por el color de su piel, o por ambos. Y puede ser así porque
algunos genealogistas dicen que el
apellido originario de Castilla desciende del caballero romano Lucio Murena, mientras que
otros sostienen que proviene del mote o apodo que surgió del color oscuro de su piel.
Está documentado
que en el lugar de Arucas desde los primeros tiempos habían esclavos negros de
ambos sexos que trabajaban para sus dueños en los ingenios y en sus tierras, e
incluso para sus servicios domiciliarios y personales. Igualmente están documentados los
nacimientos de hijos de padre desconocido, probablemente sus dueños, que dio
por resultado los llamados "morenos"
por su color de piel resultado de la unión genética de las dos razas. Cuando
eran bautizados, con la licencia obligada de sus padres, los hijos de esclavos
aparecen registrados en los libros de bautismo con el apellido prestado por sus
padrinos y dueños, como gesto de generosidad, y en las partidas se indicaba el
color, del que resultan muchas inscripciones donde se indica «moreno». Igualmente se indicaba si sus
padres eran libres, lo que se especificaba como «liberto», de donde la conclusión popular del registro terminaría
por crear el apellido.
«Los libros sacramentales de bautizos y matrimonio no son muy
esclarecedores en cuanto al número de libertos, pero nos permiten sacar y si
acaso aventurar algunas conclusiones. Muchos
libertos al recibir alguno de los sacramentos no nos consignan su origen y
cuando lo hacen, abandonan el término
negro para autodenominarse moreno.
Del conjunto de bautizados en el siglo en la isla de Gran Canaria, sólo aparecen 56 hijos de libertos, por una o ambas partes, cuyo índice no es nada relevante, pues no llega ni a un 1 %(17)» (LOBO CABRERA, M.: Los libertos en la sociedad canaria del siglo XVI, Sta. Cruz Tenerife, 1983, p. 47).
Para ubicar la investigación realizada, el autor incluye la nota al pie «(17) Estos datos los hemos hallado de la consulta de los siguientes Archivos parroquiales: El Sagrario de Las Palmas, Telde, La Vega, Guía, Gáldar y Arucas. Libros de bautizos».
Del conjunto de bautizados en el siglo en la isla de Gran Canaria, sólo aparecen 56 hijos de libertos, por una o ambas partes, cuyo índice no es nada relevante, pues no llega ni a un 1 %(17)» (LOBO CABRERA, M.: Los libertos en la sociedad canaria del siglo XVI, Sta. Cruz Tenerife, 1983, p. 47).
Para ubicar la investigación realizada, el autor incluye la nota al pie «(17) Estos datos los hemos hallado de la consulta de los siguientes Archivos parroquiales: El Sagrario de Las Palmas, Telde, La Vega, Guía, Gáldar y Arucas. Libros de bautizos».
También se daba la doble situación, donde el varón era liberto, porta el apellido "Moreno" y desde su condición de hombre libre contrae matrimonio con una esclava: «... por los matrimonios de Juan Moreno, labrador, con Ana Suárez, esclava del alférez Luis Castrillo» (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: La "otra" población. Expósitos, ilegítimos, esclavos ..., Las Palmas de GC, 1993, p. 127).
Desde la creación de la parroquia de San Juan Bautista de
Arucas en 1515 se realizaron por los vecinos donaciones de casas y tierras para
el sostenimiento de la Fábrica de la
Parroquia, en contraprestación de misas anuales por sus "ánimas" a su fallecimiento.
Estos bienes eran dados en arrendamiento a vecinos que tenían que pagar
anualmente el "tributo"
establecido. Hubo otros bienes que fueron donados con iguales fines a las
distintas cofradías que existieron en la parroquia. De los casos que hemos
conocido, algunas de esas casas donadas en los primeros tiempos pudieron estar
en el entorno de este sector de transito pre-urbano y algunas en El Cerrillo, dado que sí sabemos con certeza documental que
muchas de las situadas en el entorno de la ermita de san Juan estaban adscritas
a las capellanías de Juan Mateo de Castro, donde también se menciona tan sólo la cueva o
casa-canaria del presbítero Manuel Cayrasco.
Entre estas aparece un caso de tributos
pagados que pudiera guardar aparente relación con este lugar. En la liquidación
de cuentas que el mayordomo de la fábrica parroquial Antonio Díaz realiza a
finales de 1625 al visitador Matamala, se reconocen nuevos tributos y alquileres, entre los que se incluyen: «30 reales que paga Rodrigo Moreno y Juan Hernández sobre unas casas en que viven»,
mayordomo eclesiástico que también volverá a realizar otra liquidación de cuentas el 8 de
julio de 1629, esta vez ante el provisor Luis de Toral, y de nuevo incluye «2 tostones que paga Rodrigo Moreno sobre unas casas en que vive», quien sigue
pagando tributos por estas casas en las liquidaciones que hasta 1643 hace el
mayordomo y párroco Juan Pérez Ojeda, y en las que realiza el mayordomo Andrés
González en 1654.
Llama la atención que entre estas fechas de 1649-1650, ejercen de
mayordomo y sacristán por primera vez dos jóvenes clérigos, Juan Almeida
Trujillo y Pedro López Travieso, quienes declaran como tributario de las casas
a Rosario Moreno en las cuentas que
liquidan ante el provisor Marcos de León Tamariz, quien nombró de nuevo
mayordomo a un seglar, el capitán Domingo Suárez (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817,
Las Palmas de GC, 2013, p. 105-130). La nombrada pudiera ser familiar de Rodrigo Moreno, y que los nobeles
presbíteros registraron erróneamente a nombre de quien entrega los reales, y no del
titular de los tributos. Si así fuera, el arriendo de la misma casa durante 25
años, es período más que suficiente para que en aquellos tiempos su estancia
cree un topónimo.
Siglos después, tenemos documentada la pervivencia del
apellido en Arucas, cuando en las cuentas que liquida en 1804 el mayordomo de la Fábrica Parroquial
de San Juan y alcalde ordinario de Arucas Victor Lorenzo Diaz se incluye «Por 232 maravedies que pagó en el año 1799
a don Joaquín Moreno alguacil mayor
de la iglesia, por citación de peritos para el reconocimiento de la acequia» (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ,
J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista
de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC, 2013, p. 375).
En todo caso, y al margen de la persona que siendo estante en
el lugar por su apellido o apodo pudo crear el topónimo con el que se conoce
la calle, queda acreditada la gran importancia que la misma tuvo en siglos
pasados como necesaria vía de comunicación entre dos distintas zonas de Arucas.
__________________
Fuente:
"Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios
rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC
Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense
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