Antes CALVO SOTELO y ÁLVAREZ.
Esta calle formó parte de la calle CALVO SOTELO, antiguamente calle ÁLVAREZ, cuyos detalles comentamos en la entrada Calle
CALVO SOTELO a este Blog, hasta que resultó dividida en dos en 1955 a
partir de la intersección con la calle
de La Cruz para nominar el tramo entre ésta y la calle de San Juan con el nombre del cronista.
El 12 de junio de
1955 se rotuló esta calle con el nombre de PEDRO
MARCELINO QUINTANA, de segundo apellido Miranda,
quien fue el primer cronista oficial de la ciudad. Nació el 8 de diciembre de
1886 en la calle El Terrero nº 18, actual calle
Juan de Dios Martín, siguiendo
la carrera sacerdotal y estudiar Teología y Derecho Canónico en la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia
de Canarias, recibiendo el título de licenciado en Sagrados Cánones y
Filosofía el 19 de julio de 1910, siendo ordenado sacerdote por el obispo Pérez
Muñoz, diciendo su primera misa en Arucas el 29 de septiembre de 1910. Durante
ocho años ejerce de coadjutor en la parroquia de San Lorenzo y destinado a la
Isla de Cuba vuelve en 1921, haciéndose cargo la capellanía del Colegio de La Salle de Arucas, donde
ejerce la docencia y dirección espiritual.
Desde muy joven
cultivó las bellas letras escribiendo más de quinientas composiciones poéticas
y varias en prosa inéditas, como la novela Aves
peregrinas o humorística como Aventuras
del Clérigo Don Sebaldo. En el capítulo
histórico-religioso realizó la Historia
del Seminario Conciliar de Las Palmas, Apuntes
para una historia de la Compañía de Jesús en Las Palmas y Vida de San Cristóbal, y de forma más
generalista en la temática publicó más de trescientos artículos en la prensa
provincial desde 1929 a 1932.
Su Historia de la ciudad de Arucas,
publicada en 1979, es una obra dirigida a los niños, si bien es más la detallada
historia de la parroquia adornada con distintos acontecimientos del contorno
popular. Fue el traslado de su manuscrito al Ayuntamiento para su publicación,
que sería tardía, motivo suficiente para que el Pleno Municipal celebrado el 9
de agosto de 1944 le nombrara a título honorífico Cronista Oficial de la Ciudad de Arucas, siendo por consiguiente el
primer cronista del municipio como ya se ha dicho.
En el año 2012 el
Ayuntamiento de Arucas realizó la edición digital de su Cuaderno 1º de notas referentes al
pueblo y parroquia de Arucas, disponible
en el sitio Ediciones Digitales Ayto de Arucas. Se está
ultimando la edición del Cuaderno 2º y después el 3º.
A modo de prólogo dice el Profesor Ramón Díaz Hernández en la
Presentación de la edición digitalizada del Cuaderno 1º, bajo su dirección, que
esa obra comprende« tres Cuadernos
manuscritos que suman un total de 837 páginas. Es exactamente en el día 28 de
mayo de 1926 cuando empezó don Marcelino Quintana a escribir su primer Cuaderno
de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas acabándolo el 4 de abril de
1927. El segundo lo comenzó en 1927 y lo terminó en 1931. El tercero lo debió
terminar en la primera mitad de los años 30.
(...) Se trata en definitiva de un registro
general de anotaciones, fichas con datos de interés lingüístico, noticias
genealógicas, tablas de cifras, comentarios, reproducción de textos, sucesos
acaecidos en Arucas, visitas pastorales, rogativas, resúmenes, correspondencia,
borradores y demás materiales que, en su conjunto, no guardaban un orden
temático determinado, ni concordaban con los habituales hitos temporales de
forma coherente. Aunque abundan las referencias a temas generales de la
Historia de Canarias, suponemos nuevamente que estos apuntes estaban destinados
a componer una Historia de Arucas más profunda y contextualizada en un momento
en que su autor entraba de lleno en la madurez intelectual de los 40 y más años
de edad».
La elección de esta
pequeña calle para su nominación al primer cronista que falleció el 23 de julio
de 1952, guarda relación con la proximidad de su segundo domicilio, en el
número 19 de la calle de San Juan,
al que se mudó la familia algunos años después de establecer su residencia en
Arucas.
Es aquí en este
domicilio donde tenía un rústico vivero de plantas; unas pocas y pequeñas
macetas y muchos oxidados "cacharros"
(DICCIONARIO DE CANARISMOS: Envase de
hojalata, de diferentes tamaños) situados a ambos lados del largo y estrecho patio
de entrada a las habitaciones de su modesta casa, muchos colgando de las
paredes, donde cultivaba las más diversas plantas que uno pueda imaginarse, conocimientos
que le llevaron a escribir una serie de anotaciones al Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias de Viera y Clavijo.
Allí tenía también
expuesta la recopilación de objetos y vestigios arqueológicos, unos productos
de sus investigaciones de campo y otros que le fueron entregados por aruquenses
sabiendo de sus conocimientos y de sus continuas consultas bibliográficas. Todo
ello permitió que presentara un trabajo al concurso organizado por El Museo Canario en 1930 titulado "Correcciones a la Historia de Canarias
de Viera y Clavijo", por el que resultó premiado.
Si bien no tengo
recuerdos de haberle conocido personalmente, murió cuando tenía tan sólo cuatro
años, si tengo recuerdos de mis idas y venidas a su vecina casa después, donde conocí a
su hermana Dª Enriqueta Quintana, y en particular su vivero donde no dejó de
sorprenderme nada de lo que contemplaba. Aquella Mimosa púdica, o sensitiva, que se cerraba cuando la tocaba; no me extrañaría
que se la trajera él mismo de Cuba o se la enviara algún conocido desde la América
tropical de su habitat.
Como tampoco aquellos
"cacharros" con plantas vivas
en tierra inundada de agua; en esos años pensé que se había olvidado de hacerle
el agujerito para desaguar, muchos años después conocí que ese sistema de cultivo
lo llamaban "hidroponía".
Curiosamente la calle que recibió su nombre el cronista fue donde transcurrió nuestra infancia, veces jugando al boliche o con los carretones, allí donde nos reuníamos cuando caía la noche, junto a la ventana de la Gota Leche, para contar las aventuras del día de la adolescencia que íbamos perdiendo. Cuando se levantaron los empedrados de la calle para su adoquinado, allí estábamos observando con ilusión por si aparecerían aquellas "bonituras y gaseosas" que se nos perdieron por los oscuros agujeros de los bota-aguas, con la esperanza quizás, que con ellas encontráramos de nuevo los años ya vividos.
Curiosamente la calle que recibió su nombre el cronista fue donde transcurrió nuestra infancia, veces jugando al boliche o con los carretones, allí donde nos reuníamos cuando caía la noche, junto a la ventana de la Gota Leche, para contar las aventuras del día de la adolescencia que íbamos perdiendo. Cuando se levantaron los empedrados de la calle para su adoquinado, allí estábamos observando con ilusión por si aparecerían aquellas "bonituras y gaseosas" que se nos perdieron por los oscuros agujeros de los bota-aguas, con la esperanza quizás, que con ellas encontráramos de nuevo los años ya vividos.
Quintana Miranda presentó
en 1946 una propuesta de escudo heráldico para la ciudad de Arucas, de la que se
tomarían algunas de sus ideas para el diseño final atribuido al Concejal Florencio
Santana Sánchez en 1954. Habría que valorar la importancia de su propuesta, pues
lo fue en oposición a otra que proponía el blasón del Mayorazgo de Arucas, cuestión que rechazaba acertadamente dado que no
era representativo del pueblo de Arucas.
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Fuente:
"Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios
rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC
Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense
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