Antes
SANTA BÁRBARA.
Esta calle asciende
desde la Casa Parroquial, en un extremo
de la actual calle Párroco Cárdenes,
hasta la calle de San Juan, y con
anterioridad a su nominación actual fue conocida como SANTA BÁRBARA, sin que pueda concretarse en que momento lo fue.
Al tratarse de una
santa, siguiendo nuestra clasificación cronológica habríamos de situar el "hagiónimo" en el siglo XVIII, y la única vinculación que
encontramos en el lugar de Arucas, es
que en el inventario de la parroquia realizado el 13 de agosto de 1770, entre las catorce láminas que donó el canónigo José Álvarez de Castro
hay un cuadro de Santa Bárbara (QUINTANA MIRANDA, P.M.: Cuaderno 1º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas,
ed. digital, 2012, p. 148), que está
colgado en la sacristía, y que otra fuente lo cita erróneamente como San Bartolomé (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia
de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas 1515-1817, Las Palmas de GC,
2013, p.
294). Ello no parece sea suficiente justificación
para la nominación de una calle dado que no está documentado que la santa despertara
advocación entre los feligreses, ni hubo regimiento de artillería en Arucas.
En consecuencia, su nominación debió ser en la segunda mitad
del siglo XIX o en el primer cuarto del siglo XX, dado que la actual data de la
época republicana. Nos situamos en unos tiempos que era elocuente la
utilización de refranes, y se hizo famosa en la emergente prensa de las islas
el recurso a la utilización del decir "Nadie
se acuerda de Santa Bárbara, sino cuando truena", muy al uso en el
cambio de siglo por los despropósitos que terminarían con la pérdida de Cuba, e
inclusive la encontramos dedicada al conocido político de Arucas Tomás García Guerra, que ya había abandonado su Partido
Sincrético y ahora intentaba convertirse en líder de los agotados "leoninos" que gobernaban en
la política local e insular.
Fue cuando convocó un mitin en la gallera que existió en
la calle de Santa Bárbara de Las
Palmas, y es citado en el diario liberal-conservador La
Opinión del 18 de abril y de 2 de mayo de 1896. El suelto del primer día, al hilo del lugar elegido,
dice «Consiste en que los leoninos no se acuerdan de Santa Bárbara, sino
cuando truena. No se acuerdan el aristocrático D. Felipe y su estado mayor
de meetings y de reuniones populares, sino cuando se ven con el agua al cuello».
Y el segundo nos cuenta de su nuevo líder «Después de todo, recomendados en la forma
que parece lo fuimos á los concurrentes á la Gallera, por el Sr. García Guerra (D. Tomás), no es de
extrañar el auto de fé de LA OPINIÓN. No hay peor cuña que la de la misma
madera, (...) Basta y sobra con
recordar que el Sr. García Guerra fué el
leader, el alma, por decirlo así, de los sincréticos de 1890, de los
progenitores de los actuales patrióticos, de aquellos que inauguraron en
Canaria la lucha á muerte contra el caciquismo leonino (...) y que en
1896 sea el jaleador de Don Fernando [se refiere a Fernando de León y Castillo] y
el predicador de la cruzada contra el partido que él mismo contribuyó á formar». Mayor información del personaje la
tenemos en la entrada a este Blog Calle DOCTOR GARCÍA GUERRA.
Es necesario
describir los escenarios para entender las decisiones y actitudes, pues ahora
traemos a colación las noticias que nos da nuestro primer cronista de los
acontecimientos vividos en la Casa
Parroquial en esos tiempos.
Hace referencia al párroco nº 40 (de su
ordinal), Teótimo Darias Padilla, natural de La Gomera «y familiar que había sido del Sr. Obispo Urquinaona», quien fue
nombrado primero Coadjutor de esta Parroquia el 31 de Octubre de 1878, hasta el
15 de Febrero de 1880, tres días después de la muerte del párroco José Antonio
Rivero que ejerció de cura ecónomo. Añade el cronista una nota en tira de papel
pegada y sobrepuesta a la página de su Cuaderno
nº 1 que dice «Dados los trámites que
se seguían entonces en el obispado, sospecho que él se creyó ipso facto cura
ecónomo desde que falleció el Sr. Rivero».
Incluye
el cronista las siguientes notas que extraemos: «Este Sr. pasó á la Diócesis de Tenerife, pues enemistado en Arucas con algunas personas á
causa de un disgusto que tuvo con Francisco Esteban Santana, sochantre de esta
Parroquia, en que se atentó contra su vida llegando el encono de los
malvados hasta agujerearle la casa, se vió precisado á hacer su renuncia».
Y
otra más que cuenta otros detalles: «Le apedrearon la casa en la noche del 7
al 8 de Septiembre de 1884. En la noche del 10 al 11 de Octubre del mismo año
tiraron a D. Teótimo un cartucho de
dinamita sobre el techo de la casa parroquial. La detonación se oyó por
toda Arucas. La impunidad habrán dado sus frutos. El 26 de Octubre del mismo
año el Coadjutor leyó una enérgica protesta del Sr. Obispo por lo de la
dinamita» (QUINTANA MIRANDA, P.M.: Cuaderno
1º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, ed. digital, 2012,
p. 65).
El
párroco que renunció, puso agua de por medio, pidió ser designado para la parroquia de
Hermigua y más tarde pidió trasladarse a Cuba, donde falleció. Por las otras
noticias que da el cronista de esta calle, y su manera de expresarse para aquellos
tiempos, siempre atento a las decisiones de los municipales, no sería extraño
que fuera el proponente de la nominación de la calle por los acontecimientos
vividos, acordándose del enorme trueno allí sentido. Esas otras noticias son:
«Casa diezmos.- La casa donde se recogían los diezmos de la Iglesia en
esta Parroquial está al extremo de la calle
de Santa Bárbara cuya casa compró D. Cleto Matos y después ha sido
reedificada por varios, entre otros por D. Esteban Quintana, Dña. Saturnina
Matos y D. Pedro Luzardo» (Obra citada, p.
95).
«Reedificación de la
casa parroquial.- El 13 de Agosto de 1888 se comenzó la reedificación de la
casa parroquial de Arucas por la parte que da á la calle de Sta. Bárbara,
estando ya terminada toda la parte nueva á fines de Mayo de 1890. Los trabajos
fueron dirigidos por el maestro de obras D. Manuel Aguiar» (Obra citada, p. 111).
Con relación a la última
noticia habría que añadir que parte del coste de la reedificación de la casa parroquial
fue pagado con él fondo que ascendió a 1.699,98 pesetas, recaudado entre vecinos
de Arucas para acometer un primer proyecto de construcción del nuevo templo a finales del siglo XIX, y que
el obispo recomendó se destinara a la Casa
Parroquial que estaba en un estado lamentable tras los incidentes (Certificación manuscrita del Párroco Morales
de 22 de mayo de 1889, Archivos JCH).
En 1931, tras la proclamación de la Segunda República, la corporación presidida por el alcalde Nicolás Lorenzo Fernández, que sustituía al fallecido Rafael Diaz Batista el 4 de octubre de 1931, adoptó el acuerdo de nominar la calle como PÁRROCO MORALES, por su proximidad al pueblo. De alguna manera estaban mandando un mensaje al entonces párroco Cárdenes, siempre más cerca de los adinerados de los que precisaba su ayuda para el nuevo templo en construcción y por el conflicto surgido tras su decisión de sustituir a un joven coadjutor muy próximo a la clase más humilde, que motivó la detención durante meses de varios jóvenes aruquenses a los que denunció por alborotadores.
Manuel Morales Caballero nacido en Las Palmas de GC el 1º de enero de 1854, después de haber estado en las parroquias de San Mateo y Tetir, renunciando a éste último por motivos de salud, asumió la entonces conflictiva parroquia de San Juan Bautista en febrero de 1885. El 13 de agosto de 1888 comenzó la construcción de la casa parroquial, en la esquina de esta calle y de ahí que se le dedicara esta calle. «Este Sr. fue un sacerdote ejemplar que predicaba hasta tres veces en los días festivos sin que fuera obstáculo la enfermedad cruel que padecía, siendo incansable en su santo ministerio». Murió el 3 de junio de 1896, siendo enterrado en la iglesia.
De su entierro también dice el cronista «En fin después de haber hecho tanto y otras muchas cosas, amado y principalmente respetado de todos sucumbió víctima de aguda enfermedad el día tres de Junio de 1896 en Las Palmas, Calle En medio nº (así viene en el original), su cuerpo habiendo sido transladado en coche fúnebre á esta Parroquia según su voluntad, fue recibido por el Clero y Crúz parroquial é inmensa muchedumbre de fieles en el puente de Arucas y conducido al templo en donde de cuerpo presente se le hicieron solemnes honras fúnebres con oración que presidió D. Francisco Vega Párroco de San Francisco de Las Palmas. Asistió mucho clero, y en medio de general tristeza recibió sepultura en el panteón de Sacerdotes de esta Iglesia destinado en el Cementerio junto al de sus antecesores D. José Rivero y D. Pedro Hernández Regalado» (QUINTANA MIRANDA, P.M.: Cuaderno 1º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, ed. digital, 2012, p. 66).
Ya en la segunda mitad del siglo XX la calle sería popularmente conocida como la calle del Cura, probablemente por lo lejos que en el tiempo iba quedando el recuerdo del párroco Morales.
En 1931, tras la proclamación de la Segunda República, la corporación presidida por el alcalde Nicolás Lorenzo Fernández, que sustituía al fallecido Rafael Diaz Batista el 4 de octubre de 1931, adoptó el acuerdo de nominar la calle como PÁRROCO MORALES, por su proximidad al pueblo. De alguna manera estaban mandando un mensaje al entonces párroco Cárdenes, siempre más cerca de los adinerados de los que precisaba su ayuda para el nuevo templo en construcción y por el conflicto surgido tras su decisión de sustituir a un joven coadjutor muy próximo a la clase más humilde, que motivó la detención durante meses de varios jóvenes aruquenses a los que denunció por alborotadores.
Manuel Morales Caballero nacido en Las Palmas de GC el 1º de enero de 1854, después de haber estado en las parroquias de San Mateo y Tetir, renunciando a éste último por motivos de salud, asumió la entonces conflictiva parroquia de San Juan Bautista en febrero de 1885. El 13 de agosto de 1888 comenzó la construcción de la casa parroquial, en la esquina de esta calle y de ahí que se le dedicara esta calle. «Este Sr. fue un sacerdote ejemplar que predicaba hasta tres veces en los días festivos sin que fuera obstáculo la enfermedad cruel que padecía, siendo incansable en su santo ministerio». Murió el 3 de junio de 1896, siendo enterrado en la iglesia.
De su entierro también dice el cronista «En fin después de haber hecho tanto y otras muchas cosas, amado y principalmente respetado de todos sucumbió víctima de aguda enfermedad el día tres de Junio de 1896 en Las Palmas, Calle En medio nº (así viene en el original), su cuerpo habiendo sido transladado en coche fúnebre á esta Parroquia según su voluntad, fue recibido por el Clero y Crúz parroquial é inmensa muchedumbre de fieles en el puente de Arucas y conducido al templo en donde de cuerpo presente se le hicieron solemnes honras fúnebres con oración que presidió D. Francisco Vega Párroco de San Francisco de Las Palmas. Asistió mucho clero, y en medio de general tristeza recibió sepultura en el panteón de Sacerdotes de esta Iglesia destinado en el Cementerio junto al de sus antecesores D. José Rivero y D. Pedro Hernández Regalado» (QUINTANA MIRANDA, P.M.: Cuaderno 1º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, ed. digital, 2012, p. 66).
Ya en la segunda mitad del siglo XX la calle sería popularmente conocida como la calle del Cura, probablemente por lo lejos que en el tiempo iba quedando el recuerdo del párroco Morales.
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Fuente:
"Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios
rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC
Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense
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