Antes
REAL DE SAN JUAN.
El
antiguo lugar de Arucas creció en sus primeros tiempos pre-urbanos a partir de
los asentamientos que se hicieron en las márgenes del Camino Real que le unía al Camino
de Gáldar, el cual penetrando por la Hoya
de San Juan a través del trazado de la calle
Muñoz, la actual calle Marqueses
de Arucas, llegaba a la actual calle
de San Juan, donde se desdoblaba el Camino
Real, en dirección norte hacia la falda de la Montaña de Arucas para acceder al Tabaibal donde estaban los primigenios asentamientos en las cuevas de
habitación, y en dirección sur
aprovechando el descendente lomo para seguir el camino por la actual calle León y Castillo.
A
medida que los asentamientos poblacionales se realizaban en las márgenes del
Camino Real en este lomo, fue adquiriendo importancia y notoriedad como calle REAL DE SAN JUAN, no en el sentido que
algunas fuentes sostienen de divisoria entre las ermitas de san Juan y de san
Sebastián, pues la última fue edificada por Fernando de Armas
Troya en 1669 en el lugar de la actual Plaza
de la Constitución. Pero no era este el lugar de ubicación de la
primigenia ermita de san Sebastián,
que había sido construida por el
albacea Juan Mansel dando cumplimiento al mandato testamentario de Juan de
Çamora y en las tierras que fueron de éste, aproximadamente junto al conocido
como Teatro Nuevo en la confluencia
de la calle Marqueses de Arucas con la calle Juan de Dios Martín.
Pero
no sólo por ello. Arucas en 1676 tenía ya 1.235 habitantes y el nombrado
Fernando o Hernando de Armas Troya, mayordomo de la Fábrica Parroquial casado
con Catalina de Godoy Álvarez, tenía su casa en esta calle, haciendo esquina
con la actual calle Pedro Marcelino Quintana, que era llamada calle
Álvarez precisamente por corresponder al apellido que de su madre tomaron
sus hijos: los canónigos Manuel Alvarez de Castro Godoy y José Alvarez de Castro Godoy; Antonia Alvarez
Castro Godoy mujer del Capitán de caballos José Ortega Talavera que fuera
alcalde ordinario de Arucas entre 1711 y 1715; y Maria Dolores Alvarez Castro
mujer de Domingo de Matos. Tan sólo su hijo Sebastián Mateo Armas Castro no
llevó el apellido materno.
Sí
fue la calle REAL DE SAN JUAN el eje
a partir del cual comenzaría a crecer el tejido pre-urbano, con pequeñas calles
descendentes en dirección de naciente hacia la ermita de san Juan, y también en dirección de poniente, pues además de la
nombrada calle Álvarez que bajaba
hasta la nueva ermita de san Sebastián, a la altura de su intersección con la
antigua calle Muñoz, la actual calle Marqueses de Arucas, se
iniciaba un entramado pre-urbano de estrechos callejones para acceder al que
fue conocido como "barrio de Antonio
Marrero" o de los artesanos, donde aparecen esos estrechos callejones con nombres que perduran
y otros ya perdidos como Mateos, La Cruz, La Fe, Moreno y Rosales
que llegaban hasta el Barranquillo
que bajaba desde el Tabaibal de la Montaña hasta la Acequia Real, hoy Acequia
Alta.
Ese
eje pre-urbano del siglo XVIII que conformaba la calle REAL DE SAN JUAN, en un lomo descendente desde la falda de la Montaña, se va a convertir en su tramo
más llano en un auténtico mercado callejero a cielo abierto donde se ensancharía
el Camino Real y se instalaron los
puestos para la venta de verdura, frutas, se expendía el pescado y los
productos de la industria chacinera, en el espacio que un siglo después
surgirían las aceras cuando se pavimentó la calle con grandes adoquines.
El
propio crecimiento de la población que en 1735 ya anotaba unos 605 vecinos,
aproximadamente unos tres mil habitantes, y la también ampliación de la ermita de san Juan a
tres naves que realizara el párroco Lorenzo
Finollo y Venegas en el siglo anterior, unido a las numerosas casas de planta alta construidas en este
tiempo por el rico párroco Juan Mateo de Castro en el perímetro de la actual Plaza de San Juan que vincularía a sus
capellanías, convirtieron a esta calle en el repetido gran mercado a cielo abierto del lugar de Arucas.
Un
siglo después en el XIX, cuando ya reconocida como Villa se inicia el verdadero
proceso urbano, con la construcción en el último cuarto del nuevo Mercado Municipal frente a la entonces Plaza de San Sebastián, comportará el traslado de aquellos
puestos al nuevo mercado, si bien en la calle quedaron aquellos tenderos que
aprovecharon los bajos de las viviendas de planta alta.
Se
iniciaba la pérdida de su hegemonía urbana, que se desplazaba ante la fuerte
atracción que comenzó a ejercer la calle
León y Castillo por la ubicación de las Casas
Consistoriales, el nuevo Mercado,
y sobre todo, la terminación de la carretera que unió Arucas con Las Palmas que en ella acababa, y aunque
perdiera el epíteto de Real que la
calle tuvo, por el progresivo abandono del antiguo Camino de Gáldar, y pase a llamarse
simplemente calle de SAN JUAN, mantuvo durante la primera mitad del siglo XX su
relativa importancia en el contexto urbano dado que en ella estaban radicadas las
oficinas de correos y las del telégrafo, así como el llamado Teatro Circo con oficios de gallera y terrero
de lucha, después Teatro Cine Viejo tras
el inicio de la construcción del llamado Teatro
Nuevo en El Terrero, donde el teatro
y distintas manifestaciones musicales compartían espacio con el cine, sin olvidar
que allí estuvo en los primeros años del siglo el Casino.
Fue
en esa primera mitad del siglo XX cuando el pavimento de la calle se consideró
modélico, basado en un sistema de adoquines cúbicos de piedra de cantería,
aproximadamente de quince, por veinticinco y por veinticinco centímetros,
colocados sobre un manto de argamasa, y rellenos los huecos de una lechada de
cal, arena, grava marina y un poco de cemento, con estadales y losas de piedra
de diferentes tonalidades en las aceras, con huecos bota-aguas bajo las aceras dando
salida a las aguas pluviales de las viviendas, y alcantarillas de piedra y
hierro con cloaca y registros, que llevaban las aguas pluviales y sucias al
colector general.
En
el informe municipal de 1929 se decía «Se
encuentra adoquinada casi en su totalidad, faltando solamente el trozo
comprendido entre las calles de Muñoz y Real que está empedrado». Hay que
llamar la atención que la expresión totalidad
incluye la fuerte rampa inicial de la calle, el tramo entre la calle León y Castillo y la calle Párroco Morales, el que conserva
en gran medida el ancho del antiguo Camino
Real (la imagen que ilustra esta entrada al Blog), lo que le hacía más
meritorio aún por el constante paso de carros y herraduras de aquella época.
Ya
en el siglo XXI, la demolición del Teatro Viejo dará lugar a la construcción de un edificio multifuncional que albergará además
de la sede de la Mancomunidad de
Ayuntamientos del Norte de Gran Canaria, un auditorio apto para diversas actividades,
que ha sido bautizado con el cacofónico nombre de Nuevo Teatro Viejo.
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Fuente:
"Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios
rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia
aruquense
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