martes, 8 de julio de 2014

SAN JUAN (Calle)

Antes REAL DE SAN JUAN. 

El antiguo lugar de Arucas creció en sus primeros tiempos pre-urbanos a partir de los asentamientos que se hicieron en las márgenes del Camino Real que le unía al Camino de Gáldar, el cual penetrando por la Hoya de San Juan a través del trazado de la calle Muñoz, la actual calle Marqueses de Arucas, llegaba a la actual calle de San Juan, donde se desdoblaba el Camino Real, en dirección norte hacia la falda de la Montaña de Arucas para acceder al Tabaibal donde estaban los primigenios asentamientos en las cuevas de habitación,  y en dirección sur aprovechando el descendente lomo para seguir el camino por la actual calle León y Castillo.

A medida que los asentamientos poblacionales se realizaban en las márgenes del Camino Real en este lomo, fue adquiriendo importancia y notoriedad como calle REAL DE SAN JUAN, no en el sentido que algunas fuentes sostienen de divisoria entre las ermitas de san Juan y de san Sebastián, pues la última fue edificada por Fernando de Armas Troya en 1669 en el lugar de la actual Plaza de la Constitución. Pero no era este el lugar de ubicación de la primigenia ermita de san Sebastián, que había sido construida por el albacea Juan Mansel dando cumplimiento al mandato testamentario de Juan de Çamora y en las tierras que fueron de éste, aproximadamente junto al conocido como Teatro Nuevo en la confluencia de la calle  Marqueses de Arucas con la calle Juan de Dios Martín.

Pero no sólo por ello. Arucas en 1676 tenía ya 1.235 habitantes y el nombrado Fernando o Hernando de Armas Troya, mayordomo de la Fábrica Parroquial casado con Catalina de Godoy Álvarez, tenía su casa en esta calle, haciendo esquina con la actual calle Pedro Marcelino Quintana, que era llamada calle Álvarez precisamente por corresponder al apellido que de su madre tomaron sus hijos: los canónigos Manuel Alvarez de Castro Godoy y  José Alvarez de Castro Godoy; Antonia Alvarez Castro Godoy mujer del Capitán de caballos José Ortega Talavera que fuera alcalde ordinario de Arucas entre 1711 y 1715; y Maria Dolores Alvarez Castro mujer de Domingo de Matos. Tan sólo su hijo Sebastián Mateo Armas Castro no llevó el apellido materno.

Sí fue la calle REAL DE SAN JUAN el eje a partir del cual comenzaría a crecer el tejido pre-urbano, con pequeñas calles descendentes en dirección de naciente hacia la ermita de san Juan, y también en dirección de poniente, pues además de la nombrada calle Álvarez que bajaba hasta la nueva ermita de san Sebastiána la altura de su intersección con la antigua calle Muñoz, la actual calle Marqueses de Arucas, se iniciaba un entramado pre-urbano de estrechos callejones para acceder al que fue conocido como "barrio de Antonio Marrero" o de los artesanos, donde aparecen esos estrechos callejones con nombres que perduran y otros ya perdidos como Mateos, La Cruz, La Fe, Moreno y Rosales que llegaban hasta el Barranquillo que bajaba desde el Tabaibal de la Montaña hasta la Acequia Real, hoy Acequia Alta.

Ese eje pre-urbano del siglo XVIII que conformaba la calle REAL DE SAN JUAN, en un lomo descendente desde la falda de la Montaña, se va a convertir en su tramo más llano en un auténtico mercado callejero a cielo abierto donde se ensancharía el Camino Real y se instalaron los puestos para la venta de verdura, frutas, se expendía el pescado y los productos de la industria chacinera, en el espacio que un siglo después surgirían las aceras cuando se pavimentó la calle con grandes adoquines.

El propio crecimiento de la población que en 1735 ya anotaba unos 605 vecinos, aproximadamente unos tres mil habitantes, y la también ampliación de la ermita de san Juan a tres naves que realizara el párroco  Lorenzo Finollo y Venegas en el siglo anterior, unido a las numerosas  casas de planta alta construidas en este tiempo por el rico párroco Juan Mateo de Castro en el perímetro de la actual Plaza de San Juan que vincularía a sus capellanías, convirtieron a esta calle en el repetido gran mercado a cielo abierto del lugar de Arucas.

Un siglo después en el XIX, cuando ya reconocida como Villa se inicia el verdadero proceso urbano, con la construcción en el último cuarto del nuevo Mercado Municipal frente a la entonces Plaza de San Sebastián, comportará el traslado de aquellos puestos al nuevo mercado, si bien en la calle quedaron aquellos tenderos que aprovecharon los bajos de las viviendas de planta alta.

Se iniciaba la pérdida de su hegemonía urbana, que se desplazaba ante la fuerte atracción que comenzó a ejercer la calle León y Castillo por la ubicación de las Casas Consistoriales, el nuevo Mercado, y sobre todo, la terminación de la carretera que unió Arucas con Las Palmas que en ella acababa, y aunque perdiera el epíteto de Real que la calle tuvo, por el progresivo abandono del antiguo Camino de Gáldar, y pase a llamarse simplemente calle de SAN JUAN, mantuvo durante la primera mitad del siglo XX su relativa importancia en el contexto urbano dado que en ella estaban radicadas las oficinas de correos y las del telégrafo, así como el llamado Teatro Circo con oficios de gallera y terrero de lucha, después Teatro Cine Viejo tras el inicio de la construcción del llamado Teatro Nuevo en El Terrero, donde el teatro y distintas manifestaciones musicales compartían espacio con el cine, sin olvidar que allí estuvo en los primeros años del siglo el Casino.

Fue en esa primera mitad del siglo XX cuando el pavimento de la calle se consideró modélico, basado en un sistema de adoquines cúbicos de piedra de cantería, aproximadamente de quince, por veinticinco y por veinticinco centímetros, colocados sobre un manto de argamasa, y rellenos los huecos de una lechada de cal, arena, grava marina y un poco de cemento, con estadales y losas de piedra de diferentes tonalidades en las aceras, con huecos bota-aguas bajo las aceras dando salida a las aguas pluviales de las viviendas, y alcantarillas de piedra y hierro con cloaca y registros, que llevaban las aguas pluviales y sucias al colector general.

En el informe municipal de 1929 se decía «Se encuentra adoquinada casi en su totalidad, faltando solamente el trozo comprendido entre las calles de Muñoz y Real que está empedrado». Hay que llamar la atención que la expresión totalidad incluye la fuerte rampa inicial de la calle, el tramo entre la calle León y Castillo y la calle Párroco Morales, el que conserva en gran medida el ancho del antiguo Camino Real (la imagen que ilustra esta entrada al Blog), lo que le hacía más meritorio aún por el constante paso de carros y herraduras de aquella época.

Ya en el siglo XXI, la demolición del Teatro Viejo dará lugar a la construcción  de un edificio multifuncional que albergará además de la sede de la Mancomunidad de Ayuntamientos del Norte de Gran Canaria, un auditorio apto para diversas actividades, que ha sido bautizado con el cacofónico nombre de Nuevo Teatro Viejo.



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Fuente: "Calles con historia como Penny Lane", Parte Tercera de mi libro Silencios rotos. El desflorillado de la historia aruquense, ed. digital 2012 - MDC Silencios rotos : el desflorillado de la historia aruquense


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